"No teníamos motivos para atacar a Ramón, le golpeamos porque sí" Los
tres acusados de asesinato frustrado culpan a uno de los menores ya
juzgados. Alegan que estaban ebrios y que pensaron que las heridas no
eran tan graves. 12/03/2008 J. M. PÉREZ BERNAD
Los tres acusados son custodiados por la Guardia Civil, ayer durante el juicio en la Audiencia.
FOTO: ÁNGEL DE CASTRO
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Los
tres jóvenes neonazis juzgados ayer en la Audiencia de Zaragoza por una
brutal agresión registrada el 26 de marzo del 2006 en el Actur
coincidieron en atribuir la autoría de los hechos a uno de sus
compañeros, Daniel, que ya fue condenado por este delito en el Juzgado
de Menores. Los acusados, que incurrieron en numerosas contradicciones,
reconocieron que no hubo motivos para la agresión y uno de ellos
admitió que atacaron a la víctima "porque sí".
En la fecha citada, los imputados, en compañía de otros dos
menores, agredieron a Ramón Redondo, a quien abrieron la cabeza con
piedras y un trozo de la tapa de una alcantarilla. El joven estuvo a
punto de morir y aún padece secuelas. Previamente, el grupo neonazi
también intentó apalear a una joven de color y a un motorista.
Solo Gema Benjamina Palomar, que entonces tenía 18 años,
confesó que era nacionalsocialista, lo mismo que sus compañeros, aunque
ahora ya no simpatiza con esa ideología, a la que considera no
violenta.
La joven afirmó que se quedó paralizada por la agresión, que
no la esperaba y que intentó que Daniel dejara de golpear a la víctima.
También señaló que, desde las cinco de la tarde del día anterior hasta
que ocurrieron los hechos, a las tres de la madrugada, "no habíamos
parado de tomar cervezas".
Según declaró, fue Daniel el que golpeó en la cabeza a
Redondo, mientras otro implicado, Juan Antonio Ivernón, le sujetaba por
el cuello y le asestaba un "rodillazo". Este, que entonces era militar,
solo reconoció ante el tribunal que tenía "agarrada" a la víctima. Negó
que fuera
skinhead.
El tercer acusado, José Alberto Burriel, dijo que ni él ni la
joven llegaron a "tocar" a Redondo y negó que hubieran perseguido y
zarandeado a la joven de color esa misma madrugada, a la que solo uno
de ellos "sacó la lemgua". Rechazó que fuera
skinhead y solo admitió su pertenencia a los ligallos.
Estas declaraciones autoexculpatorias fueron refutadas por las
víctimas y otros testigos. Redondo dijo que le habían golpeado "por
todos los lados" y que fueron varias personas, "cuatro o cinco".
Sandra, la joven atacada previamente, explicó que la
insultaron llamándole "puta", "negra de mierda" y otros improperios
--Palomar reconoció que hubo insultos racistas--, al tiempo que le
tiraban del pelo y la empujaban, hasta que pudo refugiarse en el portal
de su casa.
Por su parte, los policías que intervinieron en la detención
cinco minutos después de los hechos manifestaron que no apreciaron
ningún síntoma especial de embriaguez en los agresores.
El fiscal y la abogada de la acusación, Carmen Cifuentes,
mantuvieron sus peticiones de diez años y seis meses de cárcel y doce
años y seis meses, respectivamente.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=394465